Por: José Luis Ortega Torres
España se ha convertido en un buen refugio para el cine de género. Nombres referenciales del cine fantaterrorífico de la serie B más psicotrónica y divertida han encontrado en la madre patria el caldo de cultivo para sus proyectos, tanto así que gente como Brian Yuzna la escogió para fundar Fantasy Factory, dando nueva chamba a creadores de clásicos gore como Stuart Gordon, Jack Sholder y él mismo. Guillermo del Toro, otro nombre de peso completo (jo!) en el cine de género encontró en la península el apoyo y la comprensión total con las que no contó en su patria. Sin olvidar a los nativos hispanos que abanderados por Álex de la Iglesia empuñaron las cámaras y con ellas se aventuraron, casi en plan guerrilla, a asaltar las salas con cine de terror.
De entre esta cámada de jovenes españoles brincó a la fama el nombre de Jaume Balagueró, comunicólogo que después de los cortometrajes Alicia (1994) y Días sin luz (1995) debutó profesionalmente con la adaptación del texto original de Ramsey Campbell Los sin nombre (1999, en México, La secta) con la que ganó el prestigiado permio Méliès de Oro a la mejor película fantástica de Europa.
Después de dirigir el documental sobre el reality-show de Operación Triunfo versión España, regresó al fantástico con Darkness (2002, La séptima victima), contando ya con mayores presupuestos y la presencia de actores angloparlantes (Anna Paquin, en ese caso) que le aseguraban la distribución internacional disfrazando su cinta de una correcta serie B estadounidense, mismo recurso del que echa mano para su tercer largometraje en el campo del terror: Frágiles (...que por alguna necedad de sólo Dios sabe qué imbécil, cambió su titulo en México por el más “sorprendente” de Frágil ¡!), cuento gótico que hace uso de la ecuación niños + fantasmas + edificio derruido, para crear una atmósfera que si bien es desasosegante, también se convierte en predicible.
Ya en sus dos anteriores largos de ficción (ambos editados en Mexico en DVD) pudimos apreciar un pulso correcto para creación de atmósferas lúgubres y un muy aceptable ritmo in-crescendo que sirve para echar toda la carne al asador en el último tercio del filme. Esas constantes se repiten en Frágil, filme que narra la historia de Amy Nicholls, una enfermera de pasado traumático que llega como suplente nocturna a Mercy Falls, hospital infantil semi abandonado y derruido en la isla británica de Wight que, de hecho, se encuentra en plena mudanza. Ahí, los niños que aun permanecen en espera del traslado sufren inconcebibles roturas de huesos y otros traumatismos. La explicación, según los pequeños, es que están siendo torturados por “una niña mecánica”.
El recorrido de la historia es más bien rutinario en una cinta de fantasmas: el personaje femenino ajeno al mundo donde se sucita lo macabro se alza como el elemento intruso/desestabilizador que remueve las aguas de un pasado siniestro y que encarará de manera frontal y decidida a la figura antagonista: el fantasma –femenino, obviamente– lleno de ira que regresa en busca de la venganza, teniendo como única arma la fe y el amor altruista como escudo. Vamos, que Frágil es tan esquemática y predecible que al momento de tener a estas figuras femeninas en el enfrentamiento maniqueo se nos da la clave del descenlace mismo.
Por otro lado tenemos la obvia figura varonil incrédula ante los hechos –en este caso el doctor Robert Marcus– y que terminará liado romántiamente con la protagonista. Catalizador viril que descubrirá el proceso de la maldición por vía del método científico, aunque éste resulte inútil para su exorcismo. Los niños, como es natural de pensarse, son el contrapunto melodrámatico ideal al ser expuestos en toda su natural vulnerabilidad frente al monstruo.
Frágil es, en terminos generales, un globo de feria: llamativo y colorido en su diseño, pero lleno de aire. Con éste, Balagueró dio un salto hacia atrás quedándose sólo en la atinada manufactura de su díptico anterior, pero olvidando por completo el punto nodal de toda película que pretenda trascender: el argumento.
...aunque finalmente me salta una duda ¿será que verla tres años después de producida y saturado el mercado del filón película-con-rencoroso-fantasma-femenino y a luz de la posterior El orfanato le robó toda la sorpresa que, quizá, pudo ofrecer?
FRÁGIL
(Frágiles)
Dirección: Jaume Balagueró; Guión: Jaume Balagueró y Jordi Galcerán; Producción: Julio Fernández, Joan Ginard, Albert Martínez Martín; Fotografía: Xavi Giménez; Música: Roque Baños; Edición: Jaume Martí; Con: Calista Flockhart (Amy Nicholls); Richard Roxburgh (Robert Marcus), Elena Anaya (Helen Pérez), Gemma Jones (señora Folder), Yasmin Murphy (Maggie), Colin McFarlane (Roy)
España, 2005 93 min.
Participaciones: Festival Internacional de Cine de Venecia, Italia 2005; Festival Internacional de Cine de Cataluña – Sitges, España 2005; Festival de Cine Fantástico de Gérardmer (Premio de la Audiencia, Premio Calle 13, Premio Especial del Jurado y Gran Premio del Jurado Joven), Francia 2006; Festival Internacional de Cine Fantástico Fantasporto, Portugal 2006; Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Argentina 2006; Festival de Cine Fantástico de Amsternam, Holanda 2006; Premios Goya a Mejores Efectos Especiales. Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España 2006; Festival de Cine Visiones Nocturnas, Finlandai 2007; Festival de Cine de Horror Lik!!, Finlandia 2007