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TROPA DE ÉLITE / Tropa de elite

La polémica porta un arma automática.

Por: Javier Quintanar Polanco


A mi parecer, un filme como Tropa de élite resulta toda una sorpresa en un espacio como el del Foro de la Cineteca. Y una grata sorpresa en realidad, ya que se trata de un filme de acción, de características e historia muy particulares, y que resultará ser uno de los filmes más polémicos presentados en ese espacio, y que destará acaloradas discusiones.


Tropa de élite es el primer largometraje de ficción realizado por el cineasta brasileño José Padilha, quien ha desarrollado gran parte de su carrera en el medio televisivo, en el ámbito del documental. De hecho, su debut en la pantalla grande se dio con Ônibus 174 (2002), cinta con la que el realizador se dio a conocer de manera amplia, y que le hizo acreedor al adjetivo de “comunista” por parte de algunos sectores del público y la crítica.


Ahora, con este nuevo filme, Padilha aborda un tema que ha estado presente (en mayor o menor medida) en trabajos de algunos de sus coterráneos: los círculos de pobreza y miseria conocidos como favelas, y el submundo creado dentro de ellas. Pero en lugar de abordar el tema como lo hiciese Fernando Meirelles en su Ciudad de Dios (Brasil, 2002), elije hacerlo desde el punto de vista del Capitán Nascimento, un oficial de la BOPE, fuerza de élite, que se dedica a entrar en esos lugares y cazar a los narcotraficantes que ahí se ocultan.

Nascimento es un hombre casado, y su primer hijo está a punto de nacer. Este hecho, junto con una inminente visita del Papa y otras situaciones que se conjuntan, llenan a este personaje de una carga excesiva de ansiedad y stress, por lo que ha tomado la decisión de dejar la fuerza policíaca cuanto antes. Pero antes tiene que dejar a alguien que le sustituya. Y la tarea no es nada fácil, dada la enorme responsabilidad y las exigencias especiales que tal puesto conlleva. Sin embargo, un incidente que se genera en las favelas puede cambiar su suerte…



Tropa de élite se convirtió en un gran éxito en Brasil incluso antes de ser estrenada, y debido en gran parte a su distribución clandestina (pirata, pues), lo cual le permitió llegar hasta un total de 9.5 millones de espectadores. A estos se sumarían otros 5 millones que irían a ver la película cuando fue estrenada. Es decir, se volvió un hitazo tanto dentro como fuera de las salas cinematográficas.

Tal éxito pudo deberse a varios factores. Uno de ellos fue el tema (y su enfoque) que despertaron mucha polémica en torno suyo: se habla de que incluso la genuina BOPE no le gustó la imagen que de ellos se refleja en la película y trató de impedir su estreno. Por otro lado, sobre la cabeza de José Padilha comenzaron a llover acusaciones calificándolo de fascista, al poner como “héroes” de la historia a una agrupación policial que, por su tipo de riguroso entrenamiento y métodos tácticos, se perciben más próximos a un grupo paramilitar que a uno policíaco. De hecho, en el filme se enfatizan que sus entrenamientos son tan duros e inflexibles, que están a la altura de las milicias más disciplinadas y rigurosas del mundo, como la Israelí por ejemplo. El registro cinematográfico de tales entrenamientos se equipara en crudeza y realismo al que hemos visto en filmes como Cara de Guerra (Kubrick, 1987) o Silmido (Woo-Suk Kang, 2003), (por mencionar solo dos ejemplos) en los cuales los hombres son poco a poco transformados en máquinas de combate perfectas, dispuestas a matar (y morir) sin mayor dilación, con tal de obtener la victoria. No faltará quien vea un fin propagandístico y fascistoide detrás de este énfasis.

Por si esto no fuera suficiente, el retrato que hace de las favelas no podía ser más oscuro, al plasmarlos como lugares sucios y ominosos, controlados por grupos de narcotraficantes fuertemente armados, que manipulan y vigilan las vidas de todos los que ahí viven y trabajan, que hacen alianzas con estudiantes y “niños bien” (para distribuir la droga dentro y fuera de sus territorios) así como con la policía local (corrompida hasta los huesos, y que provee de armas a los criminales a cambio de dinero y favores). La única fuerza a la cual los traficantes parecen temer es, precisamente, la BOPE.


Pero más allá de los debates ideológicos que este trabajo generó (y muy seguramente seguirá generando), estamos ante un filme de manufactura impecable, con una cámara vertiginosa y una edición cruda que (muy posiblemente debido a la formación documentalista del realizador) busca crear un ambiente realista, con una cámara en constante movimiento (sobre todo en las escenas donde el escuadrón especial entra en acción). Por otro lado, tenemos una serie de personajes de delineado grueso, en donde si bien existe el estereotipo y cierto maniqueísmo, logra eludir (apenas) los discursos triunfalistas y alentadores, e intenta más bien recrear un universo desesperanzado y cruel, donde la violencia persigue a todos los sectores de la sociedad, y donde para sobrevivirla parece solo haber dos caminos: jugar bajo sus reglas y participar de ella, o declararle la guerra asumiendo los altos costos (personales en especial) que de ello derivarán. Tan desalentadora parece ser una solución como otra.

Este último camino (confrontar a la violencia con violencia de mayor calibre) es el eje central de la trama, haciendo eco (convincentemente, debo decir) en la persona del Capitán Nascimento, quien decidió desde hace mucho hacer la guerra, pero al percibir que su vida personal (y su sanidad mental) esta en juego, decide aminorar el paso y pasar la estafeta a alguien más. Las cosas se dificultan ya que Nascimento no siente la confianza para dejar su puesto a cualquiera, y en el fondo no parece aprobar a nadie (más que a sí mismo) para desempeñar ese cargo. A costa de su vida personal (y la de otras personas) es como Nacimiento logrará solventar sus dificultades y encontrar una solución a su dilema.

Ganadora del oso de Oro en el Festival de Berlín

En una sociedad (como la nuestra) donde la violencia y el crimen organizado hacen acto de presencia día con día, una cinta como Tropa de Élite viene como anillo al dedo, al poner en tela de juicio hasta donde puede, debe o quiere llegar el individuo (y una sociedad) con tal de ganar una guerra (sea intestina o contra quien sea).


Tropa de élite

(Tropa de elite)


Dirección: José Padilha; Guión: José Padilha, Rodrigo Pimentel y Bráulia Mantovant, basado en el libro de André Batista; Producción: Zazen Produções, Posto 9, Faijão Filmes, Constantini Films, José Padilha y Marcos Prado; Fotografía en color: Luis Cavalho; Música: Pedro Bromfman y Daniel Rezende; Edición: Daniel Rezende; Elenco: Wagner Moura (capitán Nascimento), Caio Junqueira (Neto), André Ramiro (André Matias), Milhem Cortaz (capitán Fábio), Fernanda de Freitas (Roberta), Bruno Delia (capitán Azevedo), Marcelo Escorel (Coronel Otávio), André Felipe (Rodrigues)


Brasil, 2007. 118 min.


Participaciones:

Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín, Alemania, 2008.

Premios a Mejor Director y Mejor Edición por parte de la Sociedad de Críticos de Arte de São Paulo, Brasil, 2008.

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