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ACTUALIZACIONES EN REVISTA CINEFAGIA

Después de unas pequeñas vacaciones posrevolucionarias, estos son los nuevos textos que encontrarán en el sitio oficial de Revista Cinefagia:
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De la 50 Muestra Internacional de Cine:

El latido del tambor. Emotiva, por José Luis Ortega Torres

El latido del tambor, se presenta ante nosotros como una película fresca, emotiva y de cierto aliento artístico a través del canon “joven rebelde encuentra su destino trascendente”, lo cual no debe de entenderse como algo necesariamente malo. Leer artículo completo...



Entre los muertos. Decepcionante, por José Luis Ortega Torres



Al salir de la película Entre los muertos, vinieron tres reflexiones a mi mente. La primera: esa película ya la vi hace años con Bruce Willis y el entonces simpatético niño Haley Joel Osment, del que admito me llegó al alma con su célebre “I see dead people…”. Segunda: Milcho Manchevski se convirtió en el “burro que tocó la flauta”, pues después de su poderoso debut con la magnífica Antes de la Lluvia, ha visto como su aún corta carrera se despeña en caída libre con filmes que no son, ni de lejos, la mitad de buenos que su ópera prima. Y tercera: no todas las macedonias pueden estar tan buenas y andar de minifalderas, por muy caliente que se ponga la situación –literalmente. Leer artículo completo...

Los que se fueron:

Se llamaba… Paco Ignacio Taibo I, por José Alberto Rodríguez Vargas


Escritor, periodista, caricaturista, actor, dramaturgo, productor y guionista de cine y televisión. Nació en Gijón, villa situada en el Principado de Asturias, España. Francisco Ignacio Taibo Lavilla, estudió periodismo en la Escuela de Periodismo de Madrid, España. Llegó a México en 1958 y más tarde se naturalizó mexicano. Leer artículo completo...

Se llamaba… Michael Crichton, por José Alberto Rodríguez Vargas

Polifacético escritor estadounidense, hijo de Zulla Miller y el periodista John Henderson Crichton. A la edad de 6 años se trasladó con su familia a Roslyn, Nueva York. Años más tarde ingresó a la Roslyn High School antes de viajar a la Universidad de Harvard para estudiar Antropología, graduándose con honores en 1964. Ganó la beca Henry Russell Shaw, lo que le permitió viajar por Europa y África del Norte durante un año, de 1964 a 1965. Leer artículo completo...

Del recuerdo:

La gente pájaro de China, por Rodrigo Vidal Tamayo


Directores de cine de “arte” hay muchos, directores que hagan esa cosa llamada cine de autor hay menos, pero de esos directores que todos los proyectos que realizan los hagan suyos, logrando transmitirles ese pedacito de alma que todas sus obras deberían tener solo existe uno: Takashi Miike. Este individuo no sólo está a la cabeza del descubrimiento del cine oriental que se está llevando a cabo en occidente, es también el culpable de que pensemos que todo lo que se hace por allá es violencia y sangre así como de que el cine japonés es bizarro. Leer artículo completo...

Para buscar en tu puesto pirata favorito: ZOO, recreación de un conocido caso de zoofilia donde la expresión “amo a mi mascota” alcanza cotas doloras —literalmente—; CARTAS DE UN HOMBRE MUERTO, ciencia ficción trascendental de la hoy inexistente Unión Soviética; THE MACHINE GIRL, desparramadero de sangre y tripas niponas; AMERICAN ZOMBIE, seudo-documental a favor de la raza zombie (¡!); SIETE EN LA MIRA, Otra muestra de ese Mad mex de culto amado por los cinéfagos y THE VANGUARD, cine de horror supervivencialista post apocalíptico.


Esperamos sus sugerencias, reclamos y comentarios en revistacinefagia@gmail.com


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UNA LLAMADA PERDIDA / Chakushin ari / One Missed Call

Por: Mauricio Matamoros “ Débil cuando está viva, pero fuerte cuando está muerta”. Akihiro Kitajima, Horror Movie Shi Esa cita, queda como anillo al dedo para gran número del cine de espectros japonés; sobre todo, desde el realizado con la aparición de Ringu , en 1997. Y aunque no pude evitar ponerla por su contundencia, he de aceptar que no se aplica del todo a Una llamada perdida ( Chakushin ari , 2003), la película que ha provocado este texto. Con sus cerca de setenta filmes a cuestas, Takashi Miike ha llegado a una excelencia formal pocas veces vista y, por tanto, de forma casi natural, también han comenzado a surgir sus detractores. Con Una llamada perdida esto se hace patente, pues no han sido pocos los que han manifestado su desacuerdo con este primer acercamiento absoluto de Miike al género de horror. Desde luego, lo que ha quedado claro, es que el público ya comienza a quedarse corto para entender a este extraordinario (en el sentido estricto de la palabr...

«Cenote (Ts’onot)». Misticismo y trascendencia.

Por José Luis Ortega Torres. I. La amplia baraja temática que actualmente nos presenta el cine documental mexicano, es prueba fehaciente de que es éste y no la ficción el género que mayormente levanta la mano cuando de filmes de calidad se trata. No es un fenómeno nuevo, durante prácticamente toda la historia del cine mexicano la veta documental le ha dado gran impacto, reconocimiento y trascendencia al cine nacional con regularidad y perseverancia. Cada año la escena del cine mexicano nos presenta un puñado de documentales de valía incuestionable que deben subsistir y encontrar (siempre a contracorriente) sus propios públicos, abriéndose paso en la cartelera nacional ‘a codazos’ contra un vendaval de comedias románticas clasemedieras y aspiracionales –a cual más bobalicona, fútil e intercambiable–, de dramas autorales destinados primero al mercado de los festivales internacionales y luego, si llegan, a públicos mínimos en los nichos culturales de siempre, y alguna que otra muestr...

TRES LANCHEROS MUY PICUDOS

Por: José Luis Ortega Torres Parida en 1988, justo cuando el cine de encueres picantes y albures prominentes (¿o era al revés?) se encontraba en su máximo apogeo y sintomática saturación, Adolfo Martínez Solares –de la dinastía de mismos apellidos– dirigió lo que hoy se supone es una de las obras cumbres de la sexycomedia ochentera: Tres lancheros muy picudos . Digo se supone porque en realidad, esta película no es más que la repetición ad nauseaum de sobados tópicos ya envejecidos casi al mismo tiempo de su nacimiento pero, para mayor desgracia, utilizados acá sin ningún dejo de ilación; y no es que se pretenda obtener de estas cintas paradigmas de guiones, pero por lo menos sí una lógica medianamente desarrollada dentro de los cánones de este subgénero engañosamente erotómano, como en su momento lo tuvieron El día de los albañiles (1983) y Los verduleros (1985) ambas del propio Adolfo Martínez Solares, con mismas las fórmulas pero mejor atino en su desarrollo. Existen qu...