Por José Luis Ortega Torres
La sorpresa de encontrar soporífero el filme Desaparecidas [Trailer] quizás no sea del todo culpa de Andrew Lau, director de la esplendida Infernal Affairs —inspiradora de los Infiltrados de Scorsese—, pues si bien es cierto que la película en cuanto a desarrollo argumental deja mucho que desear, justo es atribuirle algunos logros en algunos aspectos meramente técnicos. La puesta en escena es desasosegante, sobre todo en los momentos álgidos en zonas desérticas pasadas por filtros que hacen de la fotografía una experiencia sofocante y pesada; emplazamientos de cámara toscos y movimientos de cámara agresivos que redondean una atmósfera malsana para la historia de unos psicópatas secuestradores, torturadores y asesinos de bellas adolescentes preparatorianas.
Lo extraño (y decepcionante), es que teniendo una historia que podía dar mucho más y acercarse, tal vez, a su shockeante New Human Skin Lanters (Hong Kong, 1993), el experimentado Lau no atine a dar el tono necesario de psicopatía y enfermedad a una historia que si bien no es innovadora sí podría, al menos, llegar a colarse en las listas de psicopatologías fílmicas más efectivas. Perdido el tono casi desde el mismo inicio, el director se decanta por una película que en lo formal roza el tono exploitation del tan de moda subgénero de la torture porn: torturas casi reales que dan al voyeur perverso la sensación de presenciar escenas —falsas, of course— lo más cercanas posibles en verismo al tan cacareado snuff. Bullshit. Continúa al texto completo…