Por: José Luis Ortega Torres joseluis@revistacinefagia.com Guillermo del Toro parece que se ha convertido en una especie de Rey Midas de la industria cinematográfica o, de menos, está en camino de lograrlo. Si obviamos lo fútil que es este adjetivo en el marco del cine nacional –por su carencia de medios para trabajar como industria mayoritaria– debemos apreciar el trabajo de Guillermo fuera de nuestras fronteras para que la idea nos quede más clara. Desde su inicio en Estados Unidos con Mimic se convirtió en un cineasta respetado y considerado, lo mismo para emprender proyectos ambiciosos como Hellboy que para salvar de la mediocridad a una franquicia poco afortunada, como Blade , dirigiendo su segunda parte. Ni qué decir de su trabajo en España, reconocido al grado de ser nominado al Óscar por El laberinto del fauno y ahora, en su calidad de productor, vuelve a dar de que hablar con El orfanato , presentada por él mismo como “...una película de Guillermo del Toro”, arguci...
Vivir devorando cine