Por: Eduardo Sánchez Villagrán Los ciudadanos que habitamos en esta gran urbe llamada Ciudad de México, nos distinguimos por estar todo el tiempo enfrascados en el estrés cotidiano, el ir y venir de un lado para otro, siempre detrás de la chuleta (llámese buscar mejor ingresos económicos para sobrevivir), carentes de capacidad para comunicarnos unos con otros, inmersos en una vida mecánica donde muy pocas veces nos damos cuenta qué tan solos nos encontramos y, por añadidura, negamos que estamos sumidos en una profunda soledad. La soledad, resulta un tema que regularmente se evita dentro de las historias contadas por el cine mexicano, aunque en los últimos años pocas producciones han resultado airosas (recordemos Japón , Mil nubes de paz…El Mago, Soba por mencionar algunas) donde sus protagonistas a través de distintos procesos, se aceptan a sí mismos y buscan salir de ella sin importar cuáles sean las consecuencias. Por eso, encontrarse una cinta como Párpados Azules donde ...
Vivir devorando cine